martes, enero 16, 2007

Opinión: El final del imbécil


Desde hacía días, alentado por mi amigo el cómico Sergio de Miguel, dudaba si comerme al imbécil.
Como era un pollo de engorde fruto de las perversiones de la industria avícola, había llegado a un punto en que era incapaz de sostenerse en pie. No estaba diseñado para la longevidad. Sus patas no resistían el peso de su cuerpo y lo único que hacía era comer y comer.
Esta mañana estaba decidido a finiquitar su existencia.
Había incluso invitado a un selecto grupo de amigos a cenar. El menú era más que evidente: “imbécil de corral”.
Bueno, pues cuando me he acercado cuchillo en mano ¿Que creéis que ha ocurrido?
Que el pollo estaba cadáver. Había muerto esa misma noche de muerte natural!.

(Aqui adjunto la foto de la cena "vegetariana" junto a Javier Jurdado y Angel Miralles. Sin el pollo el vino sube más... ejem, ejem!)